Uno de los fenómenos que con frecuencia se esconde detrás de la insatisfacción que los jóvenes tienen hacia las relaciones con sus iguales es el relacionado con el maltrato, acoso escolar o bullying. Actualmente se entiende que el maltrato entre iguales es un fenómeno grupal que implica y afecta tanto a la víctima como al agresor. Por un lado, las experiencias de maltrato pueden crear en la víctima estrés, ansiedad, miedo, tristeza, depresión, baja autoestima o fobia escolar. Por otro lado, estas experiencias proporcionan al agresor, en ocasiones, cierta conciencia de clandestinidad e impunidad que le aporta prestigio social entre algunos de sus compañeros (o el silencio, entre otros colegas) y que le anima a seguir abusando de los demás, a menudo de los más débiles (los que tienen menos recursos personales o de red social para defenderse). Sin embargo, no son desdeñables los porcentajes de adolescentes que pasan de ser maltratados a maltratadores, o bien que desempeñan ambos roles en paralelo. El bullying es un fenómeno complejo que requiere del estudio y monitorización de los datos con él relacionado. Habitualmente, los adolescentes, y la sociedad en general, han infravalorado la frecuencia de las situaciones de maltrato entre iguales, ya que usualmente las han asociado al daño físico, sin tener en cuenta que el maltrato pueden tener otras manifestaciones diferentes. Sin embargo, el impacto social que este fenómeno ha tenido en los últimos años puede haber provocado que los jóvenes y, de nuevo, la sociedad en general, sobreestimen su frecuencia, confundiendo una discusión con una situación de maltrato. Para evitar estos sesgos, en el cuestionario aplicado por este estudio se incluía la definición actualmente consensuada sobre qué es bullying, haciendo referencia a la intencionalidad de la conducta, la recurrencia en el tiempo y el desequilibrio de poder entre quien maltrata y quien recibe el maltrato.
A continuación se recogen los artículos de investigación publicados por el equipo HBSC en esta temática.