Lesiones y violencia

A continuación se recogen los artículos de investigación publicados por el equipo HBSC. Para hacer más sencilla la búsqueda, los artículos se dividen por áreas temáticas. Pulse aquella que le interese y será redirigido a las publicaciones científicas publicadas en esta temática.
Lesiones y violencia 
Con los avances en materia de higiene y en el control de las enfermedades infecciosas en el mundo desarrollado, durante la última mitad del siglo XX, las lesiones se han convertido en la principal causa de muerte en los niños y niñas (mayores de 1 año) y en los jóvenes. Aunque son muchos los tipos de lesiones que causan diferentes grados de dolor, incapacidad y muerte, la literatura científica las clasifica en dos grandes grupos. Por una parte, se encontrarían las lesiones no intencionadas, como son los accidentes de tráfico, los envenenamientos, los ahogamientos, las caídas o las quemaduras, que se definirían por ocurrir de una manera relativamente accidental. Mientras que, por otra parte, las lesiones intencionadas hacen referencia a aquellas lesiones provocadas por la violencia interpersonal o autoprovocada. A pesar de que, tradicionalmente, las lesiones no intencionadas han sido referidas con el término accidentes, en la literatura científica internacional se prefiere cada vez más utilizar el término de lesiones no intencionadas, ya que el término accidente favorece la aceptación resignada de su ocurrencia como algo inevitable y, por tanto, imposible de controlar. Los estudios de investigación demuestran que el riesgo de lesiones intencionadas y no intencionadas aumenta significativamente durante la adolescencia, siendo la mayor causa de morbilidad grave y de muerte en los jóvenes de la mayoría de los países desarrollados.
La violencia es una de los temas que mayor preocupación despierta en nuestra sociedad. La ocurrencia de peleas físicas constituye la manifestación más frecuente de violencia interpersonal en la adolescencia y con frecuencia ha sido asociada con otros factores de riesgo para el bienestar adolescente como el consumo de sustancias, problemas de conducta o incluso conductas delictivas.  Las peles físicas en la adolescencia ocasionan un buen número de las lesiones intencionadas, a cuya definición se hizo referencia en el apartado de lesiones.  Además, las peleas físicas denotan falta de habilidades en la resolución de conflictos y, centrándonos en sus efectos en el ámbito escolar, pueden perturbar de forma grave el clima escolar y la convivencia en el centro. De ahí que la evaluación de la prevalencia de peleas físicas resulte un elemento esencial para el estudio de las relaciones entre escolares y para la prevención de conductas de riesgo para la salud, así como de otros comportamientos violentos a los que pueden aparecer asociadas, como es el caso del bullying (maltrato/acoso escolar) del que, aun no siendo el componente principal, sí que pueden formar parte.

Conducta antisocial en adolescentes españoles: prevalencia y relación con su salud global percibida.

   Villafuerte-Díaz, A., Ramos, P., Rivera, F. y Moreno, C. (2022).

Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 30(3), 641-661.

https://doi.org/10.51668/bp.8322303s

JCR (2022): PSYCHOLOGY, CLINICAL Q4

FI: 1,1

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RESUMEN: La participación en conductas antisociales en la adolescencia es un tema controvertido que causa preocupación social y tiene implicaciones en los propios adolescentes. Este artículo trabaja con los datos del estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC) de 2014 y tiene como objetivos conocer la prevalencia de conducta antisocial de baja gravedad en adolescentes entre 11 y 16 años, y estudiar la relación entre la conducta antisocial y la salud global percibida. La muestra fue de 9775 adolescentes escolarizados en España (50,95% chicas). Los chicos y chicas presentaron prevalencias de conducta antisocial similares en todas las categorías, excepto en la categoría “destrozo”, más prevalente en chicos. Sin embargo, se encontraron discrepancias en la prevalencia de la participación en conducta antisocial en función de la edad, con una mayor prevalencia en los grupos de mayor edad. Se encontró que cometer actos antisociales de baja gravedad se relaciona con una peor puntuación en salud en todas las edades independientemente del sexo, justificando la necesidad de realizar intervenciones preventivas y atajar las circunstancias que promueven la conducta antisocial. 


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